Al hablar de las propiedades del color, hemos de considerar que las combinaciones de los diferentes colores entre sí, además de la mezcla con el blanco y con el negro, son infinitas.
Por este motivo, existe un sistema de clasificación para poder organizar todas las variaciones que se pueden obtener mezclando los colores primarios, el negro y el blanco.
Para conocer sus posibilidades expresivas, es conveniente saber que esta clasificación se fundamenta en las propiedades del color: el tono, el valor y la saturación.
El tono o matiz, también llamado tinte, es la característica que nos permite diferenciar entre el rojo, el verde, el amarillo, etc. Lo que comúnmente llamamos color.
El valor o luminosidad indica el mayor o menor grado de claridad u oscuridad de un color, de manera que, por ejemplo, un rojo mezclado con blanco muestra un rojo más claro, es decir, tiene un valor más alto.
Por lo tanto, el valor de un color se puede modificar sumándole blanco o negro sin modificar el tono, pues el color seguirá siendo el mismo. Por otra parte, los colores poseen un valor intrínseco, con lo cual percibimos el color azul con un valor más bajo que el color amarillo.
Tono
Saturación
Luminosidad
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